¿A quién no le gustan las patatas? Yo, todavía no he encontrado a nadie que no sean de su agrado… Pero bueno, esto no es lo que nos atañe hablar hoy. Aquí voy a darle forma a una de las mil maneras de cocinar la patata.
Pero lo más importante antes de cocinar las patatas es saber dónde proveerse de ellas. Parece algo sencillo, pero no lo es. Y es que siempre es recomendable comprarlas de buena calidad, de temporada y de proximidad.
Hace unas semanas descubrí el proyecto CatOrigen que está recuperando el cultivo de la patata catalana en ocho comarcas catalanas: Baix Ebre, Baix Camp, el Maresme, Vallès Oriental, Baix Penedès, la Selva, la Noguera y la Cerdanya. Un proyecto que apoya a pequeños productores en su planificación y durante el proceso de cultivo y de la cosecha.
La variedad seleccionada para desarrollar el proyecto fue la ‘Amarin’, “un tipo de patata de carne blanca, gustativamente muy buena y melosa, y óptima en estofados, ‘suquets’, rustida y en tortillas. Es parecida a la variedad ‘kenebec’ tradicional pero más moderna. Se adapta mejor al tipo de cocción actuales, conserva el sabor tradicional, y a su vez ofrece mejor rentabilidad y también se conserva muy bien».
Os invito a descubrir más sobre el proyecto CatOrigen en el artículo recientemente publicado en el blog.
Y ahora sí que voy con la receta…
Ingredientes para 4 personas:
- 4 patatas
- 2 butifarras
- 1 tomate
- 1 cebolla
- 1/2 pimiento rojo
- 1/2 pimiento verde
- Queso rallado
Preparación:
Para empezar lavamos bien las patatas para eliminar todas las impurezas y restos de tierr.
Incorporamos las patatas en el horno precalentado a unos 200 grados. Horneamos durante unos 45min. a 1 hora (dependerá del tamaño de la patata). Podemos controlar el punto de cocción punchando las patatas.
Mientras tanto lavamos bien todas las verduras y las cortamos en brunoise (en dados pequeños), hacemos lo mismo con el tomate pero en este caso lo cortamos a concassé (un corte mayor que el brunoise, sin piel ni pepitas).
En una sartén con aceite de oliva virgen extra sofreímos la cebolla a fuego medio para que vaya pochando bien. Cuando veamos que la cebolla se vuelve transparente añadimos los pimientos y seguimos cocinando durante unos 10 minutos más.
Cuando los pimientos empiecen a ablandar añadimos el tomate. Cocinamos lentamente hasta que se haya evaporado el agua y reducido el tomate.
Incorporamos la butifarra desmenuzada y seguimos con la cocción. Reservamos.
Cortamos las patatas longitudinalmente por la mitad y las vaciamos con la ayuda de una cuchara. Incorporar la ‘carne’ de la patata triturada con un tenedor junto con el sofrito. Mezclamos bien.
Rellenamos de nuevo las patatas y las cubrimos con el queso rallado. Horneamos durante unos 15 minutos (a 200 grados) e incluso podemos dar un toque final de gratinado.