Hace unos días me apeteció preparar un hojaldre de frutas y para su acabado siempre me gusta pintar con gelatina de manzana ya que le aporta un aspecto brillante. Después de buscar en diferentes tiendas, no la encontré. Así que me puse manos a la obra para hacerla casera. Y no es nada difícil. La gelatina se hace con la piel y la pulpa de la manzana, a ser posible con la más verde que contiene más pectina. En esta ocasión usé de la variedad golden de Girona. Una vez separada la piel y los corazones reservé la manzana para realizar una sabrosa tarta tatin, pero esto ya es otra receta.
Ingredientes:
- 4 manzanas golden
- 300 gr. Azúcar
- Agua
Preparación:
Pelamos las manzanas y reservamos las pieles y los corazones.
En un cazo no muy grande incorporamos las pieles junto con los corazones, y los cubrimos de agua. Hervimos.
Cuando las pieles ya estén blandas es el momento de colar el líquido, veréis que el resultado es un líquido ciertamente opaco. En esta ocasión obtuve 500 ml. de líquido.
A continuación, mezclamos el azúcar con el líquido anterior. Y volvemos a hervir.
La mezcla resultante reducirá un poco y os quedará ligeramente espesa, traslúcida y brillante. Retiramos del fuego y dejamos enfriar.
Guardamos la gelatina en un tarro esterilizado en la nevera, hay quien la guarda en el congelador. Eso va a gustos, a mi en la nevera ya me va bien y me dura bastante tiempo.
Para su uso en pasteles, hojaldres,… siempre es mejor que esté ligeramente caliente.