En una de mis recientes visitas al mercado compré unos guisantes envainados cuya temporada suele empezar en el mes de marzo hasta aproximadamente a mediados de año. Una vez en casa los reservé en el refrigerador (sin quitar la vaina) a la espera de ser consumidos. No los hay más frescos!
Días más tarde compré unos deliciosos mejillones de roca y ya tenía la excusa perfecta para combinarlos con los guisantes. La mejor época para comer estos ricos moluscos es de septiembre a abril, los llamados meses con r.
Pues ya lo veis una tapa perfecta para empezar un buen ágape, o simplemente para un buen vermut. Y la receta bien sencilla, aquí os la comparto.
Ingredientes
- 150gr. guisantes desvainados frescos
- 1 cebolla
- 3 tomates
- AOVE
- pimentón de la Vera
- sal
- agua
Preparación
Limpiamos bien los mejillones, desechamos los que tengan la concha rota o estén abiertos y los lavamos bajo un buen chorro de agua fría. Reservamos.
Desvainamos los guisantes y los cocemos al vapor durante unos minutos, que os queden bien al dente. Reservamos.
En una olla o cazuela pochamos la cebolla, previamente cortado en juliana, con un buen chorro de AOVE. Cuando la cebolla ya esté blanda y transparente añadimos los tomates rallados y seguimos cocinando unos minutos más para que se integren bien todos los ingredientes. Es el momento de añadir el pimentón de la Vera y de corregir de sal.
Finalmente añadimos los guisantes y un vaso de agua. Podemos añadir también un poco de vino blanco. Dejamos que haga un buen chup chup.
Incorporamos los mejillones, tapamos la olla y dejamos el tiempo justo para que se abran bien los mejillones.
¡Y ya los tenemos listos para degustarlos!