Como ya hemos comentado en anteriores entradas uno de los productos locales de nuestra ciudad, Terrassa, es la butifarra terregada. Precisamente hace unos meses nació la página de Facebook Botifarra Terregada para promocionar este producto local. Y desde el mes de octubre pasado se lanzó un concurso para elaborar recetas con la butifarra terregada como protagonista.
Así que me propuse hacer una combinación de sabores aprovechando también que hacía tiempo que quería probar el shimeji, unas ricas setas de origen asiático y que actualmente también se cultiva en el norte de Europa. Lo podemos encontrar de dos tipos, blanco o marrón. Para esta receta se ha usado el segundo. El shimeji es sabroso y aporta un ligero sabor a nuez que nos combina a la perfección con la butifarra terregada que también incluye fruto seco en su elaboración (almendra).
En el proceso de elaboración de la receta se incorpora el caldo de escudella ecológico Can Garriga que conocimos en la edición navideña de All Those Market en Barcelona. Una buena manera de tener un buen fondo hecho artesanalmente con productos frescos, de calidad y 100% naturales. Sin duda lo podéis sustituir por otras opciones o incluso por un caldo elaborado en casa.
Ingredientes
- 1 butifarra terregada
- 2 calabacines
- 100gr. shimeji marrón
- Aceite de Oliva Virgen Extra
- Mantequilla
- Sal
- Pimienta
Ingredientes para la bechamel
- 500ml. leche desnatada
- 400gr. de calabaza
- 4 chalotas o escalonias
- 30gr. de harina
- 30gr. de mantequilla
- Caldo de escudella ecológica ‘Can Garriga’
- Nuez Moscada molida
- Sal
- Pimienta
Elaboración
Iniciaremos la receta preparando la bechamel, para ello en una sartén con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra freímos las escalonias.
Cuando la cebolla empiece a transparentar incorporamos la calabaza cortada a trozos no muy grandes. Salpimentamos. Añadimos un cucharón de caldo, tapamos y cocinamos a fuego medio. El caldo será absorbido por la calabaza, y ésta se irá cociendo y ablandando.
Con la ayuda de una batidora trituramos hasta que quede una textura más bien cremosa, si hace falta añadimos un poco más de caldo. Reservamos.
En un cazo fundimos la mantequilla e incorporamos la harina sin dejar de remover con unas barillas. Pasados unos 5 minutos ya tendremos hecho el roux. Incorporamos la leche a temperatura ambiente y seguimos removiendo con fuerza para evitar que se formen grumos. Cuando empiece a espesar incorporamos la crema de calabaza mezclando bien, salpimentamos y añadimos un poco de nuez moscada. Seguimos removiendo. Al iniciar la ebullición apagamos el fuego y reservamos. Nos tiene que quedar una bechamel con un espesor medio, de aspecto más bien cremoso.
Seguimos ahora con la parte del nido de verduras.
Lavamos bien los calabacines y con la ayuda de un rallador en espiral hacemos los ‘tallarines’ de calabacín. Este gadget lo podéis encontrar en cualquier tienda de menaje de cocina o bien a través de Amazon (éste es el que compré).
En una sartén incorporamos un poco de aceite de oliva virgen extra y un par de nueces pequeñas de mantequilla y dejamos que se fundan bien. Incorporamos el calabacín y lo salteamos pero que nos siga quedando al dente. Una vez cocinado, escurrimos bien el calabacín para quitarle el exceso de aceite con la ayuda de un plato y papel de cocina.
En la misma sartén cocinamos las setas, previamente separadas y lavadas quitando la parte final de cada brote, con un poco de aceite de oliva virgen extra. Salpimentamos y cocinamos durante unos breves minutos. Retiramos y reservamos.
Es el turno de desmigar con las manos la butifarra terregada (sin la piel) en la misma sartén y con el jugo que han soltado los shimejis. Salteamos la butifarra terregada brevemente. Reservamos.
Llegados a este punto sólo nos queda emplatar 😀 Pero antes hay que dar forma al huevo de terregada. Dándole vueltas al método lo que estaba claro es que hay que aprovechar cualquier utensilio que tengamos en la cocina. Así que nos podemos ayudar con una cuchara para helados de las de plástico. Haremos dos mitades por separado que al juntarlas… tachánnnnn… tendremos un huevo. Os pongo una foto para que sea más claro 😀
Ahora solo tenemos que pegar las dos mitades que con la propia temperatura y el aceite se unirán a la perfección.
Cogemos un plato hondo y con un cucharón incorporamos un fondo de bechamel de calabaza. Simulando un nido incorporamos los ‘tallarines’ de calabacín dejando un hueco en medio para colocar el huevo y unos cuantos shimejis.
Y el plato ya lo tenemos listo!!
La butifarra terregada
La butifarra terregada es rústica y natural, a base de menudos de cerdo, tocino y sangre de cerdo, tripa de buey, tomate, harina de arroz, frutos secos, vino rancio y especias, e inspirada en un plato terrasense con el mismo nombre de inicios del siglo XX. Su elaboración es fruto de la colaboración de dos empresarios terrasenses, Xavier Casanovas de Casanovas Cansaladers y Artur Martínez, chef del restaurante Capritx de Terrassa con una estrella Michelín.
Para más información visita la página de Facebook Botifarra Terregada y en la web de Casanovas 1906 encontraréis sus puntos de venta.