La Toscana nos recibió aquel verano con un calor extremo, aunque para refrescarnos siempre podíamos recurrir a las heladerías, y que helados!!. Florencia sorprende al viajero que siempre, y más en estas épocas del año, llena de visitantes sus calles y museos. Florencia enamora y nosotros nos enamoramos de Florencia, fue un amor correspondido.