José Andrés, chef formado en la Escuela de Hostelería de Barcelona y en El Bulli, lleva dos décadas en Estados Unidos y ha creado 17 restaurantes en varias ciudades, una empresa de catering y un camión itinerante. Restaurantes en: Washington (8), Los Angeles (3), Miami Beach (2), Las Vegas (3) y Dorado Beach (Puerto Rico) (1).
Aprovechando nuestro viaje a New York, a mediados del mes de junio pasado, reservamos un día para visitar Washington, fueron tres horas y media de tren (7 horas ida y vuelta) pero valió la pena. Y decidimos que después de ver el Capitolio, la Casa Blanca, el Monumento a Washington, el Lincoln Memorial, el Cementerio de Arlington y otros lugares, haríamos una visita para conocer mejor uno de los primeros proyectos de José Andrés, creado en el año 1993. Además días antes al viaje nos enteramos que el chef de Jaleo, Ramón Martínez, es de Terrassa!! Según se dice: el mundo es un pañuelo.
Y os preguntaréis que gracia tiene viajar a Estados Unidos y comer en un restaurante español, pues seguid leyendo y lo comprenderéis.
Casi eran las cuatro de la tarde cuando llegamos a la puerta de Jaleo. A esta hora había pocos clientes, hasta cerca de las siete no empiezan a llegar para la cena. Al final no pudimos coincidir con el chef Ramón Martínez ya que se encontraba fuera por trabajo, con José Andrés en un evento de Food&Wine. Tras llenarnos sendos vasos de agua con cubitos como bienvenida – es un hábito que practican en todos los restaurantes de este país – nos pasaron la carta. La componen una serie de tapas y bebidas todas ellas de la gastronomía de diversas zonas de España, algunas adaptadas al gusto americano.
Y empieza el festival!! Pedimos una primera ronda:
Jamón Ibérico Fermín, recomendado por la chef en funciones e importado por el mismo José Andrés.
Pan de cristal con tomate, que no tenía nada que envidiar a la “Coca del Mosén” de Folgueroles y además con tomate maduro restregado, no pasado por la trituradora y aplicado con cuchara, y aceite de oliva virgen.
Patatas Bravas, con una salsa de tomate y alioli que ya quisieran hacer algunos bares de tapas de aquí.
Siguió una segunda:
Puerros en tempura, cultivados por ellos y hechos al estilo de los “calçots” en tempura que comemos aquí.
Lomo de buey con queso Valdeón (queso azul de los Picos de Europa). El denominado: hanger steak en EEUU, onglet en Francia o entraña en Argentina. Muy tierno y la salsa de queso Valdeón idónea para éste plato.
Bocadillo de rabo de toro, con su salsa. Quizás no fuera toro, podía ser ternera o buey, pero el rabo desprovisto de las vertebras en un bocadillo de pan de verdad, pasado por la plancha, era sensacional y la salsa, producto de la reducción del caldo resultante de la cocción, estaban de muerte.
Y una tercera:
Codorniz con salsa de romero y alioli de miel. Dos codornices a la parrilla en su punto de cocción, y la salsa de romero con el alioli de miel, excelente.
2 Mini hamburguesas de ibérico de bellota con bacón, fantásticas y muy jugosas.
Buñuelos de bacalao con alioli, La masa llevaba el bacalao necesario para apreciarlo y la fritura la adecuada, crujientes por fuera y jugosos por dentro. El alioli con un color nacarado, correcto de ejecución y sabor.
Lo acompañamos con: una clara, con cerveza Damm, limonada y un toque personal de “regans’ orange bitters”; una cerveza Alhambra y “su versión” de la sangría de vino.
Para acabar con los postres:
Pan con Chocolate. Flan de chocolate, helado brioche, pan caramelizado y aceite de oliva. Un clásico que no, por conocido, deja de sorprendernos.
Flan al estilo tradicional de mamá Marisa con espuma de crema catalana. Un flan tradicional que se presenta al parecer adornado con nata, pero es una espuma de crema catalana.
Sopa fría de frutos rojos con helado de queso Idiazábal. Clásico entre los clásicos pero bien interpretado.
Digno colofón a un almuerzo/merienda a 6.000 kilómetros de casa, quién lo diría.
Queridos lectores, a José Andrés le debemos que haya puesto una pica – o diecisiete – en Estados Unidos, creado un programa de cocina española en la TV americana, poder leer en sus restaurantes los platos de la carta en el idioma de origen y saber rodearse de un buen equipo encabezado por Ramón Martínez. No será fácil, pero, si hay una segunda visita, esperamos poder saludarles y felicitarles por organizar este gran ‘Jaleo’.
A las 7 pm hora de Washington, en el local – decorado con mesas de futbolin, porrones y botijos – y en las mesas exteriores, no cabía ni un alfiler. Con un servicio esmerado, agradable, con ganas de contar como se hace cada plato, y una comida a la que no somos capaces de hacer algún reproche, aunque haga ciertas concesiones al gusto autóctono. Sencillamente queridos lectores, haber sido testigos de todo esto bien valía hacer unos cuantos kilómetros.
Jaleo by José Andrés
480 7th Street Northwest
Washington, DC 20004
Estados Unidos
Tel. +1 202-628-7949
www.jaleo.com